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Impacto de los dispositivos IoT en la sostenibilidad

Publicado en 27 enero, 2019

Software de medioambiente,

Sostenibilidad es un término sobre el que empezó a discutirse en la década de 1970. En líneas generales, se puede definir como la satisfacción de las necesidades actuales sin comprometer la capacidad para que las generaciones futuras satisfagan también las suyas, pudiendo aplicarse tanto a los recursos naturales como a los recursos económicos o sociales. En este caso, analizaremos el impacto que los dispositivos IoT y la sostenibilidad.

Un ejemplo práctico de esta definición podría ser el consumo de agua: a pesar de ser considerado un recurso renovable, su disponibilidad y accesibilidad es muy limitada, por lo que su uso ineficiente o la contaminación puede hacer que las generaciones venideras no puedan cubrir sus necesidades.

Y es justamente en el correcto control de su uso donde tecnologías como el internet de las cosas pueden ejercer un impacto positivo.

IoT, un punto de inflexión en favor de la sostenibilidad

La tecnología actual (big data, análisis de imágenes, inteligencia artificial, etc.) y en especial, el internet de las cosas, podría acabar convirtiéndose en uno de los principales aliados de la sostenibilidad. Esto es así porque, como afirma la publicación Internet of Things: Guidelines for Sustainability (WEF, 2018), el «IoT consiste en medir y controlar de forma remota «cosas» que antes no estaban conectadas. La tecnología llega a personas y objetos a los que antes no podía llegar la tecnología».

De esta forma y, volviendo al ejemplo del agua expuesto, el uso de sensores, por ejemplo, podría permitir conocer en tiempo real cuál es el consumo de un hogar o si sus parámetros biológicos y fisicoquímicos permiten su utilización sin peligro.

No obstante, la relación entre internet de las cosas y sostenibilidad es mucho más amplia, así que para clarificar las oportunidades que ofrece esta particular “simbiosis”, en el presente artículo se detallarán estos impactos sobre la sostenibilidad atendiendo a:

  • Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) definidos por la ONU en 2015.
  • Los sensores como dispositivos físicos.
  • La demanda de energía que requiere la creciente conectividad.

Cuando el IoT se encuentra con los ODS

Los Objetivos de Desarrollo Sostenible, aprobados por la ONU en 2015, establecen 17 objetivos y 169 metas que el mundo se propone alcanzar para el año 2030.

Este marco de actuación permite «homogeneizar el lenguaje y las metas usadas para el desarrollo sostenible» (WEF, 2018), consiguiendo que todos los esfuerzos vayan en una misma dirección.

Pero, ¿de qué forma se relaciona el IoT con los ODS? En 2018, el WEF, en colaboración con IoT Analytics, publicó un análisis sobre el impacto de los dispositivos IoT en la sostenibilidad, en el que analizaron más de 640 proyectos vinculados al internet de las cosas. Las conclusiones fueron las siguientes:

  • El 84 % de los proyectos abordaba algún Objetivo de Desarrollo Sostenible
  • La mayor parte de las iniciativas (el 75 %) se concentraba en torno a 5 objetivos concretos:
    • Objetivo 9. Industria, innovación e infraestructura (25 %)
    • Objetivo 11. Ciudades y comunidades sostenibles (19 %)
    • Objetivo 7. Energía asequible y no contaminante (19 %)
    • Objetivo 3. Salud y bienestar (7 %)
    • Objetivo 12. Producción y consumo responsables (5 %)

¿Y a través de qué soluciones digitales se puede hacer efectiva la consecución de estos ODS? La empresa Fujitsu analizó en un estudio diferentes alternativas (Ono et al., 2017):

A pesar de las múltiples posibilidades de desarrollo que brindan los ODS, su unión con el IoT aún debe hacer frente a varios problemas, entre los que destaca la escalabilidad. La mayor parte de las iniciativas actuales se están llevando a cabo a un escala pequeña o mediana, siendo algunos de los retos a afrontar la interoperabilidad o la falta de presupuesto. No obstante, estos desafíos no deben ser excusa para no identificar qué objetivos de sostenibilidad pueden abordarse a través de un proyecto IoT, integrándolos desde las primeras fases del diseño, en consonancia con las recomendaciones que efectúa el World Economic Forum en su publicación (directriz número 11).

IoT y los residuos de aparatos eléctricos y electrónicos

El epígrafe anterior ha servido para poner de manifiesto cómo el IoT puede beneficiar a la sostenibilidad. Pero no se puede obviar la cara oculta que va a tener el creciente uso de dispositivos de internet de las cosas y que se materializará en el más que previsible aumento de los residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEE).

Según la consultora Gartner, para el año 2020 se esperan unos 20 000 millones de objetos conectados que en algún momento llegarán al final de su vida útil. ¿Cómo conseguir gestionar correctamente todos esos residuos y mantener el compromiso que establece el Objetivo 12 en relación con la producción y el consumo responsable?

La respuesta podría hallarse en la economía circular, cuyos principios pueden hacer que las empresas fabricantes de dispositivos de internet de las cosas se inclinen por ofrecer nuevos modelos de negocio. En este sentido, una de las transformaciones que más visos de éxito puede tener es el modelo de producto como servicio, definido como «productos tangibles y servicios intangibles diseñados y combinados de manera que puedan satisfacer conjuntamente las necesidades específicas de los clientes»* (Tukker, 2004). Es decir, pasar de un modelo donde se prima la compra del objeto a otro sistema en el que el cliente paga por el uso de ese objeto mediante una suscripción periódica y al que se proporciona un servicio “llave en mano”.

La adecuada gestión de los residuos y su reutilización

Este sistema, en general, implica que el proveedor se hace cargo de la instalación, configuración y puesta en funcionamiento de los dispositivos, pero también de la retirada de los equipos obsoletos o que han llegado al final de su vida útil (un ejemplo podría ser la “luz como servicio” que ofrece la compañía Philips). De esta forma, se facilita la adecuada gestión de los residuos y se posibilita la reutilización de componentes o su reciclaje.

Se trata de un cambio que, además de estar contemplado en las directrices del WEF ya mencionadas (recomendación número 6), es del agrado de las nuevas generaciones. Así y tal y como mostró una encuesta de The Shelton Group, los milenials cada vez muestran un mayor interés por los temas de sostenibilidad pero manifiestan su preocupación no a través de acciones individuales, sino apoyando a las empresas que incorporan en su funcionamiento interno este tipo de conductas sostenibles.

Más energía para una mayor conectividad

El incremento de dispositivos conectados va a conllevar también un mayor consumo energético, ya que los equipos IoT, además de energía para su propio funcionamiento, precisan estar conectados a un centro de datos que almacena o analiza la información recopilada.

Y es justo en este incremento de la energía necesaria donde el IoT muestra otro de los principales impactos sobre la sostenibilidad.

Aunque de inicio puede entenderse como un impacto negativo, es también una puerta abierta a la innovación y a la mejora en la eficiencia energética de los dispositivos, así como a incrementar el protagonismo de las energías renovables en el mix energético.

En resumen: si como afirma el dicho, la Tierra no se hereda, sino que se toma prestada de las generaciones futuras, quizás merezca la pena ver si la tecnología puede contribuir a que ese préstamo se haga en las mejores condiciones para todas las partes implicadas.

Referencias

Impacto de los dispositivos IoT en la sostenibilidad

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