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¿Cómo afecta la contaminación en la piel?

Publicado en 2 agosto, 2019

Contaminación y calidad de aire exterior,

Aunque es el órgano más grande y la principal barrera de protección frente a los agentes ambientales externos, pocos estudios han analizado en profundidad cómo afecta la contaminación en la piel humana más allá del conocido impacto que tiene la radiación ultravioleta o el envejecimiento.

Así y con el objetivo de dar visibilidad a este problema, el presente artículo abordará qué impacto tienen contaminantes tales como el ozono o las partículas en suspensión sobre la piel y de qué forma pueden protegerse las personas.

Mecanismos por los que la contaminación del aire daña la piel

La piel constituye la principal barrera física, química e inmunológica contra los factores ambientales entre los que se incluye la contaminación atmosférica tanto de origen natural como de fuentes antropogénicas.

Su potencial defensivo en una persona sin patologías previas es elevado, pero su exposición continuada a sustancias contaminantes puede provocar la alteración de esta función protectora (Kathuria, Puri, Nandar & Ramesh, 2017). Aunque la manifestación más patente de esta agresión es el envejecimiento de la piel y la aparición de manchas y arrugas, la contaminación también puede originar o agravar diferentes afecciones como la dermatitis atópica (1).

En los siguientes epígrafes se describirán los 4 principales mecanismos analizados por Mancebo & Wang (2015) a través de los cuales la polución agrede a la piel.

Generación de radicales libres

Los radicales libres son moléculas inestables que han perdido electrones de su capa externa, lo que les mueve a buscar otros átomos o moléculas que tengan estos electrones para sentirse otra vez completos y volver a la estabilidad. El problema es que durante este proceso de reestabilización se produce un estrés oxidativo que debilita las células y tejidos vivos (2).

El cuerpo humano genera radicales libres fruto de los procesos metabólicos, pero la gestión de estas fuentes naturales internas no representa ningún problema. El desequilibrio se produce cuando se añaden factores ambientales tales como la contaminación o el humo del tabaco.

Así, el ozono troposférico u ozono malo es una fuente de radicales libres con un extraordinario poder oxidante (Paredes & Roca, 2002) que reduce los antioxidantes de la epidermis. Los experimentos llevados a cabo por diversos equipos (Mancebo & Wang, 2015) constatan que la exposición de la piel humana a una concentración como la que se puede encontrar al aire libre genera, entre otros efectos negativos, «una disminución del 70% en los niveles endógenos de vitamina E».

Inducción de la cascada inflamatoria

Diversos estudios sugieren que la contaminación atmosférica genera inflamación. Así, por ejemplo, se ha demostrado que las partículas procedentes de los tubos de escape de motores diesel inducen a un incremento en la producción de interleucinas, unas proteínas asociadas al sistema inmunitario.

EnvLas partículas en suspensión, con su compleja mezcla de compuestos orgánicos y metálicos, metales pesados, etc., también provocan un efecto inflamatorio en las células del tejido epidérmico. La razón es que los poros de la piel suelen tener un diámetro aproximado de entre 50 y 70 micras, tamaño que facilita la entrada de las partículas PM10 y PM2.5, pudiendo agravar los casos de acné, urticaria o eczema. En el caso de esta última afección, se ha demostrado que guarda una relación directa con la contaminación provocada por el tráfico (Schnass et al., 2018).

Activación del receptor de aril hidrocarburos (AhR)

El AhR es una proteína que regula la proliferación celular, melanogénesis e inflamación. Normalmente está inactiva, pero tiende a “despertar” ante la presencia de agentes contaminantes tales como las dioxinas, los hidrocarburos aromáticos policíclicos o el ozono.

Los resultados de las pruebas llevadas a cabo demuestran que su activación conlleva el desarrollo de erupciones cutáneas parecidas a la dermatitis atópica, estando igualmente relacionada con la melanogénesis o producción de melanina y la reducción de colágeno.

Alteración de la microflora cutánea

Los estudios realizados en relación a este mecanismo muestran que la contaminación altera la microflora de la piel, encargada de mantener la homeostasis y prevenir el crecimiento excesivo de microbios.

La exposición al ozono, según estudios citados por Mancebo & Wang (2015), provoca una reducción del 50% de esta microflora.

¿Cómo proteger la piel de los efectos de la contaminación?

La decisión más prudente para mantener la piel en buen estado es reducir la exposición a la contaminación, para lo cual resulta fundamental disponer de información acerca de la calidad del aire, una tarea que ENVIRA se encarga de proporcionar tanto a través de las redes de vigilancia de la contaminación que instala, como con las soluciones de redes de sensores IoT para calidad del aire exterior e interior.

No obstante, también existen una serie de recomendaciones que el personal especializado en temas de dermatología aconseja, si bien conviene consultar los casos individuales con personal médico, especialmente en el caso de ingesta de vitaminas u otros productos:

  • Uso de cremas ricas en compuestos antioxidantes para frenar el efecto de los radicales libres (Svoboda, 2018).
  • Limpieza, empleando también productos exfoliantes que puedan eliminar las PM2.5
  • Consumo de vitamina B3 (niacinamida). En este sentido, merece la pena citar los efectos beneficios que los experimentos con nicotinamida, una forma de vitamina B3, han registrado en el tratamiento del cáncer de piel (Chen et al., 2015).
  • Consumo de peróxido dismutasa, presente en diversos vegetales, combinada con gliadina. Estudios como el realizado por Romao (2015) señalan su ingesta como beneficiosa para el incremento de los antioxidantes endógenos.
  • Hidratación, tanto consumiendo agua como usando productos específicos para la piel.
  • Protección UV, ya que no conviene olvidar que la radiación ultravioleta puede debilitar la piel y hacer que el efecto nocivo de la contaminación sea aún peor.

La piel, en resumen, es un órgano que crea una eficaz barrera frente a las agresiones externas. Su normal funcionamiento mantiene todas sus particularidades en perfecto estado, pero cuando se expone a la contaminación del aire de forma recurrente, tiende a desequilibrarse, generando no solo problemas estéticos como el envejecimiento o las arrugas, sino también afecciones sanitarias más graves como la dermatitis. Usar productos que restablezcan el equilibrio natural y, sobre todo, reducir la exposición a la contaminación, para lo cual resulta clave una información fiable como la que proporcionan los dispositivos IoT  de calidad del aire interior de ENVIRA, son dos de las principales medidas que puede adoptar cualquier persona.

Referencias:

– (1) Johnston, I. (02/04/2017). Air pollution might be invisible – but it can strip the skin from my face. https://www.independent.co.uk/voices/air-pollution-skin-condition-dermatitis-dandruff-fossil-fuels-cars-exhaust-fumes-a7660971.html
– (2) Callahan, C. (18/04/2019). Why you (and your skin) should be concerned about free radicals. Today. https://www.today.com/style/what-are-free-radicals-how-do-they-affect-your-skin-t150296
– Chen, A., Martin, A., Choy, B., Fernández-Peñas, P., Dalziell, R., & McKenzie, C. et al. (2015). A phase 3 randomized trial of nicotinamide for skin-cancer chemoprevention. New England Journal Of Medicine, 373(17), 1618-1626. doi: http://doi.org/c8q4
– Kathuria, S., Puri, P., Nandar, S., & Ramesh, V. (2017). Effects of air pollution on the skin: A review. Indian Journal Of Dermatology, Venereology, And Leprology, 83(4), 415. doi: http://doi.org/f9qgtb
– Mancebo, S., & Wang, S. (2015). Recognizing the impact of ambient air pollution on skin health. Journal Of The European Academy Of Dermatology And Venereology, 29(12), 2326-2332. doi: http://doi.org/c8qg
– Paredes, F., & Roca, J. (2002). Influencia de los radicales libres en el envejecimiento celular. OFFARM, 21(7), 96-100. https://www.elsevier.es/es-revista-offarm-4-articulo-influencia-los-radicales-libres-el-13034834
– Romao, S. (2015). Therapeutic value of oral supplementation with melon superoxide dismutase and wheat gliadin combination. Nutrition, 31(3), 430-436. doi: http://doi.org/f64xzs
– Schnass, W., Hüls, A., Vierkötter, A., Krämer, U., Krutmann, J., & Schikowski, T. (2018). Traffic-related air pollution and eczema in the elderly: findings from the SALIA cohort. International Journal Of Hygiene And Environmental Health, 221(6), 861-867. doi: http://doi.org/gd26r5
– Svoboda, E. (2018). When skin’s defence against pollution fails. Nature, 563(7732), S89-S90. doi: http://doi.org/gfj965

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